Congreso; Abogacia

CONCLUSIONES DEL CONGRESO NACIONAL DE LA ABOGACÍA DE VALLADOLID

19:43Ángel López

Uno de los pocos momentos dignos del Congreso. 

En los próximos días la maquinaria publicitaria de Abogacía, en la que incluyo a todos los agraciados y favorecidos por el Congreso (despachos, grandes y alguno pequeño, abogados particulares a los que se ha dado su momento de gloria, empresas, patrocinadores, etc.), continuarán con el "postureo" de hacernos creer que el Congreso Nacional de la Abogacía ha sido un éxito y para apuntalarlo, nos remitirán el típico publireportaje de la revista "Abogados" a nuestros despachos.

Para que se entere quien corresponda, por si acaso no lo sabe, cosa que dudo, la inmensa mayoría de los compañeros que conozco, esa revista la tiran al cubo de la basura tras un ojeado rápido de un par de minutos, porque lo que ahí se cuenta está muy alejado de sus necesidades, más o menos lo mismo que pasa con el Congreso. De hecho, hace poco descubrí, al entrar en su despacho y ver su papelera, que un joven compañero la había tirado directamente sin siquiera quitarle el plástico, cosa que me llamó la atención, porque yo, al menos, siempre la había ojeado. Está claro que el tipo es más inteligente que este que escribe.

Pero al margen de esta anécdota, para mí bastante ilustrativa, lo que realmente quiero trasladar es que, ni millones de revistas, ni cientos de millones de inversión publicitaria, pueden cambiar la realidad: el Congreso ha sido un nuevo fiasco, que no responde a las necesidades de los abogados o al menos de la inmensa mayoría, y esto lo sabe hasta el abogado más tonto de España. No tengan dudas de ello.

Algo más de 2000 asistentes, en Valladolid, que tiene unos 1800 colegiados, a los que habría que sumar los de los Colegios próximos, como Burgos o León, demuestran que no han ido ni los de por allí. Solo en Madrid, a dos horas en coche, hay 75.000 colegiados. Son cifras que doy de memoria, por lo que no son exactas, pero no voy a perder el tiempo buscando los datos, que yo me gano la vida trabajando, y la verdad es que a los efectos de demostrar que el Congreso no despierta interés alguno se bastan solas.

Hay 83 Colegios de Abogados, muchos de los cuales tienen 10 o 12 diputados, a los que el colegio les paga el viaje y también hay muchos colegios que pagan las entradas totalmente o en parte a los mismos. No puede obviarse el componente lúdico de ver a otros compañeros y hacer algo de relaciones profesionales que un congreso de este tipo siempre genera y que ya de por sí solo genera asistentes. Pero si echan la cuenta, verán que han ido 24 abogados por cada colegio y eso que han llevado a 250 ponentes, es decir, que han ido 7 asistentes por ponente.

Las cifras son “paupérrimas” y es que si fuera un buen Congreso, habiendo 250.000 colegiados en España, debería haber tortas para coger las entradas. No es el caso, ni de largo.

El Congreso carece de fondo trascendental y relevante, y es más una feria escaparate para el interés de determinadas empresas y el lucimiento de algunas personas –por lo general las mismas siempre– que otra cosa; no responde a las necesidades e intereses de los abogados y abogadas de este país, está desconectado de sus problemas, es caro y no tiene sentido.  
Las ponencias, con dos intervinientes más un moderador y de 50 minutos, no permiten más que pinceladas. En fin, lo de Toni Nadal (dicen que fue divertido, pero nada tenía que ver con los abogados), humoristas, robotitos y tal, ya ni me molesto en comentarlo, porque lo hace solo.

Pero todo eso podría ser una mala planificación y de elección de contenidos, y ciertamente es algo subjetivo y relativo, pues habrá quién prefiera los chistes del tal Leo Harlen que cuestiones de interés real para los abogados. Por lo que vamos a lo que es objetivo e incluso obligatorio.

Estamos en 2019, nos están vendiendo que lo que manda es la innovación, una Abogacía Transformadora, una Abogacía Digital, Blockchain, y no sé cuantas palabrejas más en inglés…, que hay que usar las redes sociales, la informática y la tecnología. ¿Y sin embargo el Congreso es presencial y sin streaming?

A nadie se le ha ocurrido que hoy en día, un evento así se puede retrasmitir por internet para que lo pueda ver cualquier abogado de España que tenga interés, ya sea de forma gratuita o al menos pagando una pequeña cuota. ¿A ninguno de los 83 Colegios se le ha ocurrido solicitarlo en vez de pagar entradas a diestro y siniestro con el dinero de otros? ¿A ninguno de los más de 100 Consejeros de Abogacía? Es un poco sorprendente.

Pero claro, no tanto, si tenemos en cuenta que el Congreso despierta tan poco interés, que si se diera en streaming, entonces en vez de 2000 no asistirían ni la mitad. Vamos que lo anterior nos lleva a esto. Y la realidad es que es intolerable que el Congreso Nacional de la Abogacía, en el año 2019, no se de en streaming, para que lo podamos ver y en su caso alabar o criticar todos, que además es algo nuestro.

Pero ahora vamos a lo obligatorio y a lo que es más grave. La realidad es que el Estatuto General de la Abogacía, que recuerdo es una ley, establece que el Congreso Nacional de la Abogacía debe celebrarse obligatoriamente cada 5 años y es la SUPREMA INSTANCIA CONSULTIVA teniendo sus CONCLUSIONES CARÁCTER ORIENTADOR PARA LOS ÓRGANOS CORPORATIVOS DE LA ABOGACÍA. Todo ello, previo establecimiento de un Reglamento del Congreso por los Colegios de Abogados para regular su composición.

Sin embargo, este Congreso no es deliberativo, pues no se delibera absolutamente nada en su seno, a diferencia de lo que ocurría en los de León de 1970 (este preconstitucional) o Palma de 1989. Sobre ello habla este post y al mismo me remito.

Por todo, de forma flagrante, se está incumpliendo la legislación en vigor y actualmente los órganos corporativos de Abogacía están actuando sin esa orientación que debe ser fijada en el Congreso. No voy a entrar en las consecuencias jurídicas de esta anómala situación, tiempo habrá para ello.

Ahora bien, este proceder es también intolerable, y desde aquí, como abogado que soy sujeto a los derechos y obligaciones de ese Estatuto, solicito la Convocatoria de ese Congreso Nacional de la Abogacía que establece el citado Estatuto, que no se ha realizado y al que tengo todo el derecho, para fijar la orientación de los Órganos corporativos de la Abogacía, e insto a que como he expuesto anteriormente, sea retransmitido por streaming, porque estamos en el año 2019 y existe la necesidad y medios para ello.

Intolerable también resulta, que el nuevo Estatuto General que se está promoviendo desde Abogacía, pretenda eliminar este carácter de SUPREMA INSTANCIA CONSULTIVA que hasta ahora la Ley atribuye al Congreso, ajustando la norma a lo que "de facto" e impunemente se lleva haciendo. Por supuesto me opongo a esta variación, que es una involución democrática y perjudicial para los abogados.

Ni que decir tiene, que cualquier, caso, al menos mientas no se reforme el Estatuto –lo que espero que no se produzca– cualquier futuro Congreso Nacional de la Abogacía tendrá que adaptarse al Estatuto actual y a los tiempos digitales (salvo que una Institución como Abogacía se pueda saltar la normativa impunemente y pase de lo digital) y cumplir su papel de SUPREMA INSTANCIA CONSULTIVA, teniendo sus CONCLUSIONES CARÁCTER ORIENTADOR PARA LOS ÓRGANOS CORPORATIVOS DE LA ABOGACÍA.

Esto sí que será transformador, que no moderno, porque es lo que se hacía ya desde antiguo, pues en realidad, fue en el seno de los Congresos Nacionales de Abogados, donde se creó la actual Abogacía institucional y representativa de los mismos, sin que proceda, porque no os lo vamos a permitir, que lo creado, soslaye y silencie la voz y orientación de los abogados y abogadas de este país.

Pues estas son mis Conclusiones del Congreso de Valladolid, que os pido que difundáis, para que lleguen a donde tienen que llegar y para que podamos tener un Congreso y una Abogacía Institucional como nos merecemos.

Angel López
Abogado 

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1 comentarios

  1. Estimado compañero te leo ahora que he tenido 5 minutos para poder estudiar el escrito que has preparado. La verdad es que no sigo para nada la institucionalidad abogacil, harto de colegios que trabajan como dependencias administrativas del estado, mirage correas de transmisión de decisiones en las que nunca tenemos una voz significativa si no la condición de servidumbre.

    Los Colegios hablo de su conjunto por supuesto que puede haber honrosas excepciones, han abandonado la bandera de la profesión y de los compañeros para hacer valer nuestra importantísima función de colaboración y control de la administración de justicia. Me temo que como la mayor parte de las instancias de la sociedad civil los colegios de abogados están sometidos a una mediocre rutina y un suave control político que me recuerda mucho a como las grandes empresas compran a los sindicatos concediendo prebendas y favores y dando importancia a sus dirigentes.

    No somos uno de los reductos civiles contra el poder. No somos una excepción al poder omnímodo de los partidos sobre la sociedad civil. No tengo ninguna duda de que el poder siempre acaba prevaleciendo contra los débiles intentos de quienes buscan obstaculizar lo, simplemente me gustaría ser aquellos que tratan de hacerlo y ver como mis compañeros agrupados en sus colegios defienden incansablemente la libertad y los derechos de los ciudadanos.

    habrá que ir pensando en la posibilidad de hacer una pasociación deabogados que al margen de sus colegios llevan a cabo esta tarea, usando las plataformas sociales.

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