En el último mes, he debido de leer más de 40 textos, de menor o mayor tamaño, así como cientos de propuestas concretas, sobre medidas con las que afrontar la avalancha de procedimientos que se van a recibir en los próximos meses por unos juzgados que, no olvidemos, ya estaban colapsados y funcionando con tiempos de respuesta absolutamente inadmisibles.

Casi ninguno de esos textos me ha apasionado y ni siquiera de su unión he encontrado las soluciones que entiendo pretenden, porque casi ninguna de las medidas que en ellos se proponen me parece que vaya a tener éxito. Habilitar más horas en dobles turnos o el mes de agosto para actuaciones, concentrar en determinados juzgados unos concretos procedimientos, reformas procesales de mayor o menor calado, intentar la celebración de juicios por videoconferencia y otras similares que todos habréis leído, me suenan a lo de siempre, a eso que tantas y tantas veces se ha intentado y de poco o nada ha servido.

Siento deciros que no hay fórmulas mágicas, el que pretenda vendéroslas os miente. Ese tipo de medidas, podrán minorar o mejorar la situación un poco, pero prácticamente ninguna tendrá éxito, sin abordar el gran problema: la falta de medios personales y técnicos de la Administración de Justicia.

Partiendo de lo anterior y siendo consciente de que tampoco va a ser posible inyectar de repente dinero a espuertas en la Justicia, amén de que tampoco nadie lo va a hacer, y menos, con la crisis que se avecina, he intentado establecer, lo que entiendo que sería la solución a medio y largo plazo.

Obviamente, debe leerse, como lo que es, una Propuesta General, que puede realizarse en más o menos tiempo y con diversas variaciones y ajustes, pero que de acometerse con constancia y cierto interés, podría acabar o al menos aliviar de forma relevante, con la crónica lentitud nuestra Justicia. No ahora –de eso no nos salva nadie–, sino en unos años, al tiempo que, por un lado, evitará la situación de parálisis que hemos visto y junto con esas otras medidas a las que antes me refería, irá favoreciendo el dar salida a aquellas cuestiones más perentorias y a esa sobrecarga que la Justicia va a recibir, al tiempo que se van implementando e instaurando unos sistemas y avances que ya se quedarán con nosotros para siempre.

Plan de Choque y de Continuidad para la Mejora de la Justicia:

Todas estas medidas, deben implementarse lo antes posible y en todo caso, dentro de los plazos indicados. Se ha establecido un calendario a 3 años vista, de modo que pueda hacerse realidad con el establecimiento de incrementos presupuestarios asumibles y razonables. Obviamente, requiere de inversión, pero es perfectamente asumible si se hace de forma progresiva y existe la voluntad política de hacerlo.   

Medidas: